A Vicen, la madre de Josep, le detectaron una enfermedad terminal hace más de diez años. Al asumir el límite de su propia vida, Vicen dedicó sus últimos meses a asegurar un buen futuro para sus hijos.
Vicen quiso que Josep pudiera entrar a vivir en una residencia en la que Coni era directora. Coni me habla de Vicen con admiración y a Josep se le llena el rostro de una sonrisa dulce y emotiva cuando Coni menciona a su madre.
Actualmente Javi es el principal apoyo de Josep y Ana se suma cuando hace falta más de una persona para realizar sus cuidados personales. Javi y Ana son más jóvenes que Josep y entienden el acompañamiento y el cuido desde una mirada que creo debe haber sido la que Vicen deseó para su hijo. Por medio de Javi me llega el testimonio de Josep :
«Me gusta la política y compartir lo que pienso con quien esté dispuesto a escucharme.
No me gusta sentirme diferente porque tengo la misma condición de persona que el resto.
Soy muy bueno para las matemáticas, recuerdo fechas y recuerdo lo que se ha dicho y lo que otros olvidan. Soy generoso.
Entiendo mi situación y me gusta decidir cómo vivir mi vida. Me gusta conocer qué derechos y deberes tengo y a partir de ahí, ver cómo puedo relacionarme con la sociedad» – Josep
Mientras hago las fotos, hago mío uno de los grandes miedos de muchas madres y muchos padres: no estar para garantizar el bienestar de nuestros hijos. Hablamos poco de esto porque es sumergirnos de lleno en la profundidad del dolor pero es una posibilidad que como otras, tarde o temprano tendremos que afrontar.
Josep me enseña que ha sobrevivido a la muerte de su madre con entereza. Su dignidad y su futuro son suyos. Él sigue viviendo su propia historia. Ha conocido personas preciosas con quienes compartir parte del camino.
Salgo de esta sesión, agradecida. Con la humildad y el alivio de constatar que aunque podamos asumir la responsabilidad del cuidado con amor y respeto, la vida de nuestros hijos, les pertenece plenamente a ellos.
También entiendo que el ejercicio de confianza y desapego por el destino de nuestros seres queridos es igual de difícil y necesario tanto si son ellos quienes nos sobreviven o si somos nosotros quienes sobrevivimos a ellos.