Rubén y su familia

Rubén ha potenciado su comunicación no verbal: una de sus risas o su cara de susto causan gran impacto en el entorno. Es muy bueno empatizando con la gente y es capaz de sacar más de una risa sólo por reírse primero.

A Rubén le gusta el cachondeo y le encanta estar con sus hermanos.

En el acompañamiento y los cuidados de Rubén participan su mamá Arelis, su papá Carlos, su hermano Adrián y su hermana Inés . También suman su apoyo uno de los abuelos y Fátima, que lleva trabajando en la casa desde hace más de 10 años. Carlos es quien está mayormente a cargo de llevar a Rubén al colegio y a sus actividades.

“Es difícil cuadrar los tiempos de Rubén con los tiempos de los demás, porque los tiempos de Rubén no son estáticos. Lo que un día puede llevar veinte minutos, otro puede llevar más de una hora, y ese día llegas tarde a todos los sitios. Las familias necesitamos más ayudas y no sólo a nivel económico. Para poder hacer una vida más fácil y más visible hace falta más comprensión y más apoyo a nivel social.” Carlos

Otra de las dificultades de las que no todo el mundo es consciente es la dificultad para conseguir viviendas adaptadas a las necesidades de nuestros hijos e hijas. Carlos y su familia saben que en el momento en que a Rubén le toque cambiar la silla ya no será posible seguir en el piso en el que viven porque las dimensiones del chasis serán mayores que la abertura de la puerta del ascensor. Actualmente según datos recogidos por la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) hay más de 100.000 personas en el Estado Español “presas” en sus casas por falta de accesibilidad en las viviendas.